Meditación y Ciencia

Meditación y Tecnología

Tecnología

La meditación une e integra el espacio que ha surgido en la cultura moderna entre la ciencia y la sabiduría. La tecnología ha transformado nuestra forma de vivir. Pero también la ha dañado. Necesitamos con urgencia un nuevo enfoque, una nueva perspectiva sobre la ciencia.

Dentro de este contexto, científicos y meditadores – y meditadores científicos – se reunieron, en el Seminario de Meditatio “Ciencia y Tecnología” celebrado en Barcelona en 2015, para analizar y explorar cómo la investigación científica podría llegar a beneficiarse también de un enfoque contemplativo.

La crisis ecológica de nuestro medio ambiente exige no solamente de innovaciones tecnológicas sino además de un cambio de conciencia y valores. En 2016, otro seminario de Meditatio sobre “Meditación y el Medio Ambiente” tuvo lugar en Sídney, Australia.

La investigación en Inteligencia Artificial (IA) está avanzando rápidamente, produciendo sistemas computacionales con capacidades impresionantes. Estos avances han llevado a científicos e ingenieros de renombre mundial a expresar sus preocupaciones sobre los riesgos que la investigación de IA puede representar para la supervivencia de la humanidad. Pero, ¿realmente la IA es una amenaza tan apocalíptica?

En realidad, podemos aprender mucho de la investigación de la IA sobre cómo nos vemos a nosotros mismos como seres sintientes. El científico español Marco Schorlemmer argumenta que la IA no es una amenaza para nuestra supervivencia ‘per se’, sino que debemos cultivar nuestra capacidad de indagación íntima si queremos sobrevivir en las sociedades emergentes del conocimiento y la innovación en las que la IA desempeñará un papel importante. En realidad, la investigación en IA (y la investigación en otros campos tecnocientíficos) es valiosa para la humanidad si se hace con una mente contemplativa.

Neurociencia

La Dra. Shanida Nataraja en su libro “La Mente Dichosa. La prueba neurocientífica del poder de la meditación” expone que:

Durante los últimos años, se ha llevado a cabo un gran volumen de investigación sobre los efectos de la meditación en el cerebro, en la mente y en el cuerpo del meditador. De estos estudios de investigación hemos adquirido un conocimiento más profundo sobre los efectos a corto y largo plazo de la meditación.

Los resultados de estas investigaciones revelan que los seres humanos estamos diseñados para percibir no solamente la realidad ordinaria sino además estados de conciencia más amplios. Los diferentes métodos de meditación acaban desencadenando una serie de procesos y activando numerosas estructuras dentro del cerebro humano que resaltan nuestra capacidad de acceder a estos estados ampliados de consciencia.

Meditación y Neurociencia

La atención constante inherente a la práctica de la meditación desencadena una cascada de eventos en el cerebro que genera cambios tanto en la estructura como en la actividad del cerebro, tanto a corto como a largo plazo. De estos cambios, uno de particular importancia es el trasvase de actividad exclusivamente del hemisferio izquierdo del cerebro a la totalidad del cerebro integrando actividades intuitivas y creativas con las lógicas y racionales. Otros estudios revelan un mayor control sobre estados emocionales, un control consciente sobre las respuestas más básicas – fight or flight – ante situaciones de estrés y la pérdida del sentido del “yo”. Estos resultados ofrecen una explicación racional y científica de la experiencia subjetiva de la meditación y ponen de manifiesto que nuestros cerebros están diseñados de tal forma que la tecla correcta – como la meditación – pueda desencadenar este potencial escondido.

A través del mapa que está emergiendo sobre las estructuras del cerebro, y los sistemas involucrados en el proceso de la meditación, podemos entender mejor los cambios a largo plazo en la salud física, psicológica, emocional, y cognitiva asociados a la meditación. La práctica regular de la meditación ofrece beneficios al meditador en términos de reducción de estrés y mejora de la salud cardiovascular, la función inmunológica, y las defensas ante enfermedades.

La meditación también genera cambios cognitivos y psicológicos ante la depresión y la ansiedad y desarrolla habilidades cognitivas como la atención, la toma de decisiones y la resolución de problemas. Estos frutos de la meditación han fortalecido la evidencia que apoya el uso de la meditación en ciertos entornos clínicos, como en el caso de personas con depresión o aquellos que luchan contra el cáncer, así como en nuestra vida cotidiana, en nuestro trabajo, en nuestros colegios, y en nuestras prisiones.

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